Un rebaño pastura estos días en la Casa de Molí. Empieza el mes de mayo con el día del trabajador. Aunque es festivo hay mucha gente que también tiene que trabajar. Es el caso de Joan, un pastor de toda la vida de Pontons que tiene un rebaño mixto de cabras y ovejas. Su rebaño consta de 300 cabezas y durante quinze días pasturará en nuestro valle.
Aquí la hierba crece con fuerza desde hace un mes con la llegada de la primavera. Aunque al germinar es de agradecer el cambio del color hivernal al verde primaveral, con el paso de los días la hierba alta se apodera de los campos dificultando su acceso y dejando paso al desencanto de los campos abandonados.
Hemos hablado con Joan y nos cuenta que ya es el último pastor que queda en la zona. La gente no quiere dedicarse a esto porque es un oficio demasiado esclavo. Entre muchas razones, las ovejas necesitan salir cada día y cuesta lo suyo ganarse la vida con la pastura. La charla con Joan ha sido muy interesante y queremos compartirla aquí con nuestros lectores y, quizás, futuros huéspedes.
Joan es un hombre que va acompañado de sus dos perros de pastura. Son sus herramientas de trabajo y dice que sin este par de fieles amigos el rebaño no le haría ni pizca de caso. La Canela y su hijo de ocho meses llamado Pardo parece que hacen un buen tándem.
También nos comenta que esta época del año es traicionera para el rebaño. En la zona crece un tipo de arbusto conocido como “redó” o “rodó” y que contiene una sustancia que literalmente emborracha los animales si abusan de él. Joan recuerda haber visto más de una vez como se desplomavan al suelo, incluso llegando al punto en que el animal no es capaz de volver en sí. Curiosamente este arbusto es inócuo para ellos en verano.
Por lo que respecta a los depredadores, ya no quedan prácticamente. Los zorros no se atreven con el rebaño y sólo hay que vigilar con los perros abandonados hambrientos. El rebaño se guarda durante la noche en un cubierto que hay al fondo del valle y queda custodiado por Canela y Pardo. Joan dice que tanto las cabras como las ovejas son muy buenas atletas y que saltan con facilidad cualquier tipo de obstáculo así que hay que revisar el cercado de vez en cuando.
Nos fijamos que hay muchas cabras y ovejas jóvenes así que le preguntamos al pastor si es época de cría. Pero vamos equivocados. Al ser animales domésticos que siempre tienen todas las necesidades básicas cubiertas no hace falta que adapten su ciclo de reproducción en función de las estaciones. Eso también es una suerte para Joan ya que él saca rendimiento de su rebaño alimentando nuestras bocas. Podemos asegurar que la carne que compraran en Pontons no les dejará indiferentes. De hecho, degustar esta carne de pastura haciendo una barbacoa en La Casa del Molí es un plan excelente para disfrutar con la família o amigos.
Des de este humil blog de la Casa del Molí nos gustaría reivindicar este oficio que aporta muchos beneficios intangibles a la sociedad. Nuestros bosques y campos están sanos allí por donde pasa el rebaño. No sólo comen la hierba diminuyendo así el riesgo de grandes incendios y el daño de inundaciones sinó que además fertilizan la tierra. Es por eso que pedimos que se incentive este tipo de oficio, realizado des de un punto de vista tradicional como hace Joan y dejando de lado la ramaderia intensiva.
Aprovechando que un rebaño pastura estos días en la Casa del Molí, os animamos a que vengáis a verlo. Seguramente si le hacéis compañía a Joan podréis aprender muchas más cosas de las que nosotros os hemos contado en este blog.
I si no estáis a tiempo podéis reservaros unos días en julio, cuando volveremos a tener el rebaño aquí. Hasta pronto!